La mayor amenaza para el rendimiento de sus inversiones puede provenir del propio ahorrista/inversor, si no tiene en claro cómo va a gestionarlas.
Existen numerosos métodos y estrategias a seguir, sin implicar que uno sea mejor que otro. El inversor debería optar por aquel método con el cual se sienta cómodo.
Lo que no debería hacer un inversor, es no tener estrategia o método alguno para invertir.
En los siguientes puntos, se intenta sintetizar las pautas que guían la administración de cuentas asesoradas.
Lejos de ser un método definido, se pretende enriquecerlo con cada nuevo conocimiento adquirido y con la experiencia lograda en la práctica.
Contar con un método de inversión,
- otorga orden y coherencia en la administración del capital,
- ayuda al inversor a resolver los interrogantes que enfrenta a diario,
- contribuye a evitar cometer numerosos errores que atentan contra la rentabilidad de la Cartera de Inversión.
Tener en claro un método para administrar la Cartera de Inversión, no garantiza el éxito del inversor, pero pone las probabilidades a su favor.
Objetivos
Para formular un método o estrategia, primero debemos tener en claro que se pretende alcanzar (objetivos), para luego definir pautas de trabajo que estén alineadas con el logro de tales objetivos formulados.
Los objetivos que se buscan al administrar la Cartera de Inversión son:
- Lograr un rendimiento real por encima del nivel de inflación;
- Alcanzar resultados que sean sostenibles en el tiempo (no conformarnos con tener un resultado positivo en un solo periodo);
- Cuidar el nivel de riesgo que se asume (dejaremos de lado activos que prometen elevadas ganancias pero que nos expone a situaciones de elevada incertidumbre).
- Desarrollar un método de administración que no le insuma gran cantidad de tiempo al inversor, para que pueda enfocarse en su trabajo y vida personal. De esta manera, la inversión no es un fin en sí mismo, sino un vehículo para que el inversor pueda alcanzar sus metas financieras.
Pautas para Gestionar las Inversiones
Para alcanzar los objetivos propuestos, adherimos a los siguientes postulados:
Selección Acotada
Para dedicar el tiempo de análisis necesario a cada negocio en el cual se invierte, se mantendrá una selección limitada de empresas. Cuanto mejor conozcamos las empresas en las que invertimos, más convicción tendremos para sostener la inversión el tiempo que se requiera.
La diversificación se limitará a un máximo de 20 empresas aproximadamente. Número suficiente para obtener exposición a diferentes sectores de la economía.
Esta diversificación no se limita a seleccionar distintas empresas al azar de distintas industrias o países, sino que busca modelos de negocios des correlacionados entre sí, es decir, que un evento económico no afecte significativamente por igual a todas las empresas que tenemos en Cartera. De lo contrario, el resultado de la cartera se vería comprometido ante eventos negativos.
Una excesiva diversificación sin criterio alguno es una clara señal de que el inversor no sabe lo que está haciendo.
Calidad en los Negocios
Dado que invertiremos sólo en unas pocas empresas entre las miles de opciones que brinda el Mercado de Valores, seremos exigentes en la selección.
Seleccionaremos empresas que cumplan con los parámetros de “calidad”:
- Modelos de negocios capaces de generar beneficios crecientes año tras año, condición necesaria para el crecimiento del capital de la empresa, y por ende para que las acciones incrementen su valor.
- Negocios con ventajas competitivas únicas para impedir que la competencia erosione sus beneficios. Empresas que centren su modelo en algún tipo de activo intangible, difícil de replicar por los competidores sin importar de cuánto dinero dispongan.
Son ejemplos de activos intangibles: marcas, cuota de mercado dominante o monopolio del consumidor, patentes, redes de distribución, bases de datos instaladas y relaciones con clientes.
- Empresas con moderado o bajo endeudamiento.
- Negocios no intensivos en uso de capital, y en lo posible no sujetos a obsolescencia tecnológica.
- Empresas radicadas en jurisdicciones que respeten el libre mercado.
Criterios de Selección
Además de los parámetros de calidad mencionados, aplicaremos otros criterios de selección.
Nos interesará el sector de actividad en que se desenvuelve la empresa. De hecho, podemos llegar a excluir una empresa solo por su sector de actividad.
En particular, trataremos de evitar las que posean las siguientes características:
- Complejas,
- poco predecibles,
- sujetas a moda u obsolescencia tecnológica elevada,
- nuevos sectores o industrias no consolidados aun o demasiado disruptivos, que dificulten la proyección de sus resultados futuros y existan demasiadas incógnitas en torno a su futuro. Lo cual eleva el riesgo de la inversión.
Veremos con buenos ojos aquellas empresas cuyos directivos ponen como prioridad el crecimiento del negocio y son fieles a la visión de la compañía, aun cuando esto pueda implicar un deterioro en los resultados para el accionista en el corto plazo. Preservar el valor de la marca es clave para el éxito a largo plazo de la empresa y por ende para el accionista.
Seleccionar empresas cuyos modelos de negocios no requieran de una directiva exitosa o visionaria para tener un buen desempeño, ya que los directivos rotan con frecuencia a lo largo de la vida de la empresa, y tarde o temprano puede ocupar el cargo personas no capacitadas para los desafíos de la empresa. Por esto daremos preferencia a negocios simples y consolidados.
No dejarse llevar por lo que está de “Moda”
No seleccionar inversiones sólo porque están de moda.
Sólo se incluirán a la Cartera de Inversión, activos que consideremos un buen negocio y se encuentren a un precio razonable de compra.
Las modas por definición son pasajeras, terminan concluyendo y por lo general ocasión grandes pérdidas al inversor. Queremos una cartera lo más estable posible, no sujeta a modas o “caprichos” del mercado.
Los inversores con frecuencia y en especial los jóvenes, buscan empresas innovadoras o aquella última tendencia que está en “boca de todos”. Pero innovación no es sinónimo de rentabilidad, y como inversores debemos elegir empresas rentables.
Los nuevos desarrollos son emocionantes y tienen el potencial de cambiar la forma en la que vivimos, pero esto no convierte a una empresa en un negocio rentable. Por el contrario, las empresas disruptivas están sujetas a una alta carga de incertidumbre sobre su futuro, lo que pone en riesgo el capital del inversor.
Muchas de estas innovaciones escapan al entendimiento del inversor promedio, para que pueda formular conjeturas sobre el grado de éxito que pueda llegar a tener. Además de que muchas quedan en el olvido una vez que pasó su momento de “furor”.
Como inversores buscamos empresas con modelos de negocios ya consolidados, que han demostrado su éxito en el pasado y estén preparadas para continuar en los próximos años. Además, poseen datos certeros que facilitan estimar las proyecciones de ganancia y, por ende, determinar los precios de referencia para guiar el proceso de compra y venta de acciones.
En muchos casos, la estrategia será simplemente “no hacer nada”, a la espera de que el mercado presente una oportunidad que cumpla con nuestros parámetros, sin importar lo que los medios estén informando.
Cobertura por Devaluaciones
Dado que de forma periódica el peso argentino sufre devaluaciones importantes que “borran” rápidamente nuestras ganancias medidas en pesos, la mayor parte de la cartera desarrollada contiene inversiones nominadas en dólares, o bien inversiones en pesos cuyo valor se ajuste por el tipo de cambio “dólar MEP” o por la variable CER.
Considerar el Impacto Impositivo
Para reducir los gastos del inversor, se hará el esfuerzo de seleccionar instrumentos de inversión que aminoren el impacto impositivo. Aun cuando esto implique una menor cantidad de opciones entre las cuales elegir, al momento de evaluar alternativas de inversión.
Instrumentos extranjeros con notable desempeño, quedan disminuidos al considerar la carga tributaria.
Enfoque en los Números
Dado que como inversores minoristas disponemos de recursos limitados para analizar información y datos, no centraremos en hechos concretos siendo estos los que brindan los estados financieros de la empresa. Dando menor prioridad a las difusiones realizadas en distintos medios, que más que aclarar, muchas veces inducen a mayor confusión y a exponernos a un exceso de información.
Generaremos nuestros propios análisis utilizando como materia prima “los números” facilitados por la empresa, la cual está obligada a hacerlos públicos mediante presentación de balances trimestrales.
Estimar el Valor de la Inversión
Para determinar si algo es caro o barato, debemos tener una noción de cuánto vale.
Las compras y las ventas estarán orientadas por precios de referencia previamente calculados. De lo contrario el inversor que se guíe por sentimientos de euforia, codicia o miedo, tendrá altas probabilidades de comprar en los tramos más caros del mercado; y de terminar vendiendo en un mercado bajista, captando precios bajos que lo lleven a pérdidas o rendimientos insuficientes para superar la inflación.
El uso de datos para guiar el proceso de compra y venta de activos permite tener la disciplina emocional necesaria, para comprar cuando otros están vendiendo (miedo/negativismo) y vender cuando otros estén comprando (euforia/exceso de optimismo).
Los parámetros mencionados para seleccionar empresas, y el cálculo de los precios razonables de compra para determinar cuánto pagar por una inversión, funcionan a modo de “capas de seguridad” en nuestra Cartera de Inversión, para disminuir el riesgo e incrementar el potencial de ganancias.
Operar en “Contra del Mercado”
Para lograr captar mejores precios de compra, se hará mayor énfasis en la compra de acciones en periodos donde el mercado esté en “baja”, por ende, no deberá preocuparse si en el corto plazo las adquisiciones pierden valor.
Menores precios de compra implican mayor rentabilidad cuando el mercado pase a una fase alcista. No interpretar esto, puede llevar a apresurar la venta ante una situación de pánico o miedo; o a no realizar nuevas compras por temor a perder dinero.
No hacer Futurología
No intentar predecir hacia dónde va el mercado, querer hacerlo es como pretender adivinar el futuro.
En lugar de malgastar el tiempo y energía en formular predicciones de mercado, que raramente se aciertan, lo utilizamos para identificar empresas de calidad y en determinar su valoración para pagar un precio adecuado por ellas.
Invertir en empresas de calidad a precios adecuado, incrementa significativamente la capacidad del inversor para gestionar exitosamente su capital.
Además, utilizamos un Modelo de Cartera Permanente, para tener una diversificación de activos capaces de desempeñarse relativamente bien, en cada escenario económico que se pueda presentar.
Lo anterior se refuerza por el hecho de que los administradores de fondos más exitosos no intentan predecir el mercado en sus estrategias de inversión, por el contrario, se ocupan de encontrar buenos negocios en los cuales invertir.
Compras y Ventas Escalonadas
En línea con el punto anterior, cómo no sabemos hasta donde puede bajar o subir el precio de un activo, fijaremos un valor a partir del cual compraremos o venderemos.
Teniendo presente que una caída en los precios puede continuar más allá del precio razonable de compra fijado, mantendremos siempre liquidez disponible para continuar comprando si el precio sigue bajando, y de esta forma promediar los precios iniciales de compra a la baja, reduciendo el valor de la inversión inicial.
Lo mismo aplica en caso de que los precios suban, de alcanzar el precio objetivo de venta no seremos codiciosos y venderemos nuestra inversión, pero teniendo presente que el precio puede continuar subiendo, venderemos solo una proporción de la inversión. De continuar subiendo los precios, volveremos a vender otra fracción para ir captando mayores precios de venta.
Medir Nuestros Resultados
En algún momento necesitaremos evaluar que tan bien o que tan mal estamos administrando nuestra Cartera de Inversiones, para ello necesitaremos comparar el rendimiento de la inversión contra alguna referencia.
Utilizaremos el índice de referencia S&P 500 como parámetro de rentabilidad, pero sin perder de vista que el objetivo de la cartera propuesta es superar el nivel de inflación, y reducir tanto como sea posible el riesgo que asumimos al comprometer nuestro capital.
Dado que el índice S&P 500 se compone sólo de acciones, mientras que la cartera propuesta está diversificada con bonos y fondos de inversión con el fin de reducir el riesgo al que nos exponemos, ajustaremos el índice de referencia por la Beta de la Cartera para una comparación más homogénea.
Visión de Largo Plazo
La inversión está pensada con un enfoque a largo plazo, idealmente un mínimo de 5 años. Esto ayuda a obtener rendimientos significativos y a reducir los gastos de comisiones. Menores gastos, se traduce en mayores rendimientos para el inversor.
Un semestre o un año no suele ser tiempo suficiente para que “madure” un proyecto de negocio que esté ejecutando la empresa seleccionada, o para que transcurra el ciclo económico vigente que esté influyendo en los precios de los activos.
Por lo dicho, sólo deberá comprometer dinero que no necesite en el corto plazo, de lo contrario, puede verse obligado a vender las inversiones antes de tiempo, con la potencial pérdida que esto podría ocasionar.
Si como inversor busca operar continuamente, utilizando la cuenta comitente como un entretenimiento, este método no es para usted. Por el contrario, se intenta hacer la menor cantidad de operaciones posibles durante el año.
No operaremos con compras y ventas de corto plazo, para evitarnos costos excesivos en comisiones, por un lado, y porque no es fácil encontrar otros nuevos negocios que cumplan los criterios de calidad mencionados, para reemplazar la inversión que se está vendiendo.
Buscar empresas a cada rato genera distracción y agotamiento en nuestra tarea de encontrar buenos negocios para invertir, atentando contra mantener el enfoque en el seguimiento de mercado y la gestión de cartera.
Confiamos en mantener el dinero en las empresas seleccionadas mientras estas sigan cumpliendo los parámetros de calidad prefijados. Pero no dudaremos en venderla si el mercado ofrece precios excesivos por ella, más allá de lo que vale como negocio. Ya tendremos una nueva oportunidad para volverla a comprar cuando los precios sean más razonables. Comprar barato y vender caro es el objetivo para no perder de vista.
Conclusiones
El Mercado de Capitales es una gran aliado para el ahorrista, al poner numerosas opciones de fácil acceso a disposición del inversor. No obstante, el exceso de alternativas e información, pueden generar una gran carga de incertidumbre y ansiedad.
Tener en claro los principios que guiaran la administración de las inversiones, nos permitirá “navegar” por un mercado sumamente amplio, impredecible y que se mueve rápido… pero que siempre brinda alternativas al inversor.
Podemos sintetizar la importancia de los principios enumerados, diciendo que su finalidad es “ayudarnos a comprar bueno y barato… y vender caro”… aunque parezca algo lógico es muy fácil terminar haciendo lo contrario, cuando no se tienen pautas claras para guiar la inversión haciendo uso de la razón.
Descubre cómo dar tus primeros pasos Invirtiendo en Bolsa.
Santiago Griffin
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